sábado, 29 de noviembre de 2008

Soon

Soon oh soon the light
Pass within and soothe the endless night
And wait here for you
Our reason to be here

La razón para estar aquí
Es permanecer frente a las márgenes del río, observar que pronto, muy pronto el aire cederá
Es por eso que permanecemos, ajenos al luminoso talle de las diosas
Es para cantar una melodía suave y ajena a los bosques, tierna con nuestros tímpanos, dulce con nuestros corazones
Es para olvidar que hay soledad en el mundo, que la vida transcurre y nuestras manos no han sanado.

La luz se muestra pronto y el árbol ha estado soplando al viento
El amor se ha dejado de propagar y la energía del aire ha cedido

La razón para estar aquí simplemente nos sirve para rendirnos
Estamos en paz, estamos al inicio de algo, de un nuevo sentido.

jueves, 27 de noviembre de 2008

Premios Oye 2008, Zacatecas

Es probable que lo siguiente sea un homenaje o un megamasivo a Sabina. Dudo que Joaquín logre otra pieza de la jerarquía de la de "el muro de Berlín".


Léase la foto y véase la letra, obviaré secciones que no agregan (y menos para zac.mx):


Ese tipo que va al club de golf si lo hubieras visto ayer
dando gritos de “Yankie go home”, coreando slogans de Fidel.
Hoy tiene un adoquín, en su despacho, del muro de Berlín.
Ese mismo que tanto admiró la moral estilo soviet
por un catorce por ciento cambió, la imaginación al poder.
Desde que a Hollywood, llega una línea, del metro de Moscú.

Ha muerto Rasputín, se acabó la guerra fría
que viva la gastronomía.
Y uno no sabe si reír o si llorar
viendo a Rambo en Bucarest fumar la pipa de la paz.

(...)

No habrá revolución, es el fin de la utopía
que viva la bisutería.
Y uno no sabe si reír o si llorar
viendo a Trotsky en Wall Street fumar la pipa de la paz.

Ha muerto Rasputín, se acabó la guerra fría
que viva la peluquería.
Y uno no sabe si reír o si llorar
por lo menos que le pongan hashish a la pipa de la paz.

(...)

No habrá revolución se acabó la guerra fría
se suicidó la ideología.
Y uno no sabe si reír o si llorar…


Cerca de mi casa (como la de todo Zacatecas-Guadalupe), están los espacios que se han potenciado para esto del pan y circo para el Pueblo, me cai que escuchar a la trevi, a juanes, a bosé, a belanova y demás especies del reino hartístico, es algo que me hace aumentar mi admiración por la gober preciosa y no se diga por su estirpe y dinastía y por todos estos sujetos que gobiernan al 1.3% de los mejicanos. Vean, qué foto más hermosa....

Continuidad y desazón

En 1736, Leonard Euler publicó Solutio problematis ad geometriam situs pertinentis (Traducción: “La solución de un problema relativo a la geometría de la posición”) que incluye la solución al famoso problema de los puentes de Königsberg. El título da pistas de que Euler sabe estar trabajando con una matemática diferente en la que la geometría conocida ya no es importante. Ahí hace alusión a Leibniz diciendo que “el primero que mencionó la otra parte (de la geometría), hasta entonces desconocida, fue éste, el cual la llamó geometría de la posición. Leibniz determinó que esta parte se tenía que ocupar de la sola posición y de las propiedades provenientes de la posición en todo lo cual no se ha de tener en cuenta las cantidades, ni su cálculo(...)” Euler hacía una clara alusión a los inicios de lo que hoy conocemos como topología.
La caída, las sucesiones, el acomodo y el imbricado de láminas de luz, lo mismo que la atracción terrestre: el desasosiego de la continuidad, el tiempo inerte en el acomodo casi inmediato del espacio ante la llegada del instante en que se han de conjugar la fragmentación del orden (a veces causal) de lo elemental: hay algo más que una marca de ruptura y convergencia en la obra de Felguérez. Así, al coexistir con su obra en un tiempo en el que lo vertiginoso de los cambios en los modos de ver un espacio en el cual la geometría deja de ser, para ser ahora nosotros los partícipes del instante a través de la conformación de espacios alternantes en donde coexistir es eso que el artista nos deja: un legado de fuerzas complementarias entre su obra y nosotros, una pluralidad de monólogos.
He visto la grandilocuencia a través del minimalismo y el final del canon, la Geometría Suspendida (serie de esculturas), por ejemplo, es la tentativa de un arte escultórico que afrenta a las múltiples maneras del hacer del geómetra: ahora este arte se revela en un conflicto que abre la posibilidad a la caída terrenal o a la elevación no mística. Ahora es el arte el que mira la interpretación de sus congéneres: nosotros en cada una de sus manifestaciones.
Entonces la abstracción nos simplifica, deja nula la manera en la que el mundo nos permite verlo, porque en cada instante las posibilidades de ser emancipan al unísono los planos del espectro visible y los planos de bifurcación de los elementos topológicos hacia lo múltiple: es un andar en torno de lo estocástico tocado por la mano del artista; es inevitable, pues, respirar el aire que deja maculado con su gracia el instante en el que hemos percibido el mismo fragmento temporal que Felguérez ha desterrado de sus manos.
Ahí donde sólo los elementos que él habilita me dejan mirar la inconclusa desazón amorosa de piezas ideales que como almas buscan atinar al arduo, a veces geométrico destino de los hombres, la a veces simétrica dimensión del plano proyectada en el espacio: nada deja de ser geométrico. Y en cada elemento un punto de equilibrio y el equilibrio sin la gravedad, sin el magnético soporte del planeta sería nada. Pudiera ser sólo continuidad y convergencia lo simple: la mecánica oculta y el comienzo el aire bifurcándose por las cuerdas del espectro visible: la determinista tensión de una pieza de metal sobre la otra: entonces la tensión, la luz retenida el ángulo y el corte preciso de una pieza, aquella curvatura: la conciliación con el instante, con el espacio. Esas fibras de lo emocional son las que Felguérez suele tocar según la dirección del viento, según la bendición de la luna.

lunes, 24 de noviembre de 2008

Carteles-homenaje a Felguérez

El próximo miércoles 26 se presenta el cartel del mes de Noviembre que con motivo del homenaje a Manuel Felguérez se están publicando. Los textos corren a cargo de Eduardo Salinas y de Antonio Reyes Cortés, la ilustración será del pintor José Esteban Martínez. Es en el centro de la gráfica a las 20:30 (cerca de la fuente de los faroles).

viernes, 21 de noviembre de 2008

jueves, 20 de noviembre de 2008

Destilado de Sueños



En Zacatecas han aparecido en este 2008 dos antologías: “destilado de sueño” y “el verso que nos reclama”, la primera incluye básicamente a integrantes de talleres que tienen relativamente poco tiempo, tal vez el único caso atípico es Oscar Edgar López, quien además de ser un excelente compañero de tragos, no pertenece (hasta donde yo se) a ningún taller. Es un vocerío que invoca al azar el de “destilado de sueños”. Me regalaron esta antología justo el día que presentamos el libro de Daniel Bencomo (De Maitines a Vísperas), la presentaron en “el pulgatorio”, espacio del Amigo Abel (que nombre ese del pulgatorio), en donde por cierto hacen los “jueves universitarios” según me comentó el maestro Juan Antonio Pérez.
La antología la realizó Héctor Cristerna y trae un promedio de 3 poemas por autor, personalmente lo que yo quería decir de esta antología es que hizo falta difusión en lo de la presentación, pese a que sé que era una especie de trabajo escolar, creo que vale la pena el ejercicio de darle mayor difusión, sobre todo por la factura de los textos que tiene y de la revelación que son los autores ahí incluidos.
Francamente encontré pocos textos flojos en una publicación de 48 páginas. Los antologados son:


domingo, 16 de noviembre de 2008

En el mar de los feacios

En 1998 se publicó la antología 23 muchachos en el mar de los feacios, libro en el que aparecíamos como poetas (si mal no recuerdo) el ahora Licenciado Ricardo Barajas Pro, Maestro Efrén Alfonso García Botello, Doctor Javier Acosta, Maestro Juan Manuel Bonilla Soto, Doctor José Arturo Burciaga Campos, Maestra Claudia Isela Rodarte, y yo. Estoy seguro que en la parte de ensayo figuraban Sigifredo Esquivel Marín y Juan Horacio Garibay, y en la de narrativa Gonzalo Lizardo. Era una época en la que abundaban las antologías y francamente, había poco de donde escoger. No recuerdo si en 1996 o 1997 aparecieron otras antologías, una hecha por el profesor Veremundo Carrillo y la otra realizada por el extinto Severino Salazar. Estas antologías no se la jugaban con nadie, recogían a gente que ya tenía cierta cantidad de publicaciones y que ya eran parte del jet set literario zacatecano vivo y muerto.
Luego, en 23 muchachos (…) se recogían a manera de catálogo a los “poetas emergentes” de un entorno temporal cercano al fin del milenio en zacatecas. Casi todos los poetas que estaban recogidos en este libro han seguido con su ejercicio escritural combinándolo con sus vidas académicas o combativas, según el caso. Creo que esto es debido a la gran complejidad que encierra la poesía: implica la pérdida del matemático que puede ser uno, del historiador, o del abogado y lo consume, pues le exige a uno decir, pensar y escribir de la manera más convencional posible al mundo, entonces se sigue siendo poeta (bueno o malo) pero es inevitable.
En el caso de los narradores creo que varios de ellos ya no escriben, por ejemplo aparecía antologado Juan José Romero, el zar de las publicaciones culturales oficiales en zacatecas (aparte de la concesión y franquicia de la agenda cultural, tiene encargados carteles, programas y muchos otros etcéteras), pero éste ya no produce creación literaria, en su momento tuvo un gran aporte con la revista Finisterre.
Arduo es el navegar en el mar de antologías, más en tierras tan áridas, tan frías como estos lares. Los antologados pertenecíamos (la mayoría) a talleres literarios, el documento tenía una serie de errores tipográficos y en su momento fue arduamente criticado, en todo caso el documento queda ahí, siendo el testimonio de quienes en ese momento escribíamos y de la manera en la que nos expresábamos. Recientemente han aparecido 2 antologías de las cuales me gustaría platicar en otra ocasión. Ahora estoy celebrando con un trago de absolut y jugo de arándanos, tiene un gusto ácido y agradable muy parecido a la sensación de mariposas estomacales que sentía en las lecturas de entonces: una suerte de pánico escénico que apenas era superado por mi afición a la luna, a su tangible órbita, a su inalcanzable esencia.
Felices 10 años a los que en ese entonces fuimos muchachos. Salud.

jueves, 6 de noviembre de 2008

De maitines a vísperas (Daniel Bencomo)

Causalidad, posibilidad y poeta.
En torno del poemario “De Maitines a Vísperas” de Daniel Bencomo (2008)

En el itinerario del poeta figuran esencias, hábitats y efectos que demarcan la manera en la que ha de realizar el vaciado del poema. Cada vez que se enfrenta al transitar cotidiano no tiene en mente nada, sólo anda por ahí con experiencias potencialmente importantes como pueden ser su vida íntima y sus vidas anteriores, de modo que al reflexionar (poetizar) lleva a un estado de gracia a los actos y a los objetos del ordinario mundo, de tal suerte que el propósito instantáneo puede ser que sea el negarles la ordinariedad a la que están confinados para así crear la inercia suficiente (es decir, una suerte de atracción) desde y hacia un mundo que se escapa a las sensaciones conocidas. Luego, el poeta hace de sí mismo un constructo para nada artificial, sino por el contrario, un ente que transita de lo visceral a lo recreado. Este constructo se debate entre la duda y el vicio, sereno y con la convicción de ofrecerse a sí mismo la posibilidad (acaso vanidosa) de crear, se erige en escritor-poeta, de manera que llega a un callejón sin salida, o mejor dicho, para él todo se tiene que resolver en una inevitable carrera contra un enemigo dual: el tiempo y la palabra, casi como si llegara la gota que derrama el vaso, luego, ese individuo casi humano no tiene otra cosa que externar algo que desde dentro y muy lejos de sí le es dictado:
Escribo en el lugar donde nací: aquí.
Juego desnudo de la inocencia y el desierto.
El reverso de la oscuridad se presta,
su piel es áspera y se adhiere a la memoria
(Tríptico para una noche estrellada)
Esa vida que el poeta le da a las cosas tiene la marca de lo trascendental: aquello que es simplemente aleatorio en el mar de lo causal se convierte en un marasmo de conceptos que está más allá de lo probable en el mundo de las posibilidades que el poeta tiene en su haber. Ahora (por ejemplo) el acto de andar se redimensiona para ser mucho más que la cotidiana sucesión de movimientos paso-paso; ahora es además de eso el andar combinado con un conjunto (finito) de actos (verbos) de lo humano; imaginemos las combinaciones posibles entre algunos cuantos actos S={pensar, ver, oír, oler, hablar, jadear, dudar} y andar, contabilicemos el total de acciones que simultáneamente se pueden llevar a cabo, si realizamos 3 de ellas seleccionadas solamente de este conjunto, digamos por ejemplo la combinación ver-oír-oler o bien andar-jadear-dudar, en estas condiciones es posible que realicemos alguna de 35 acciones posibles. Es decir, que si realizáramos ejercicios combinatorios entre las posibles acciones detectadas en el libro de Daniel, tan sólo en un poema tendríamos 2002 posibles escenarios, (para este ejercicio aleatoriamente he seleccionado un poema: Escotista): en el texto hay 14 verbos y 5 cortes estróficos, si pensáramos que en cada una de las estrofas el poeta quisiera generar todas las acciones combinadas, el total resultaría ser el número a mencionado.


El poema, en particular, pudo haber tenido alguna de 2002 formas de llegar a este instante (formas coherentes o incoherentes). Añádase ahora el hecho de que existen distintas relaciones verso a verso, así como las posibles lecturas y juegos que el autor realiza con nuestras versiones a partir de nuestra lectura. Pero la causalidad del poeta permite al poema llegar de la manera en la que Daniel nos lo ha entregado.
El libro de que hoy presentamos me muestra un transitar de lo pagano a lo posible: una suerte de walking around al filo de la navaja, antes de la caída que resolverá o no la redención del constructo que el poeta ha hecho consigo al escribir y además decir su visión de un algo en el que más adelante abundaré.
Pero antes de continuar hablando del libro quisiera comentar de las ilustraciones que le acompañan: son 6 con técnicas destinadas al papel (como a veces son los poemas): azúcar al aguafuerte, aguafuerte. Realizadas por Verónica Gómez, corresponden a las series Territorios de libertad y Ciudad de la memoria. Nunca me han gustado los libros de poesía que incluyen ilustraciones. En este caso se crea un contraste por momentos afortunado: el color (no sé si) naranja y el diseño que tienen las separaciones de cada una de las seis partes en las que se divide el libro, las enmarcan en un caer asintótico desde nada y hacia lo no definitivo, tal como son los espacios duales en los que conceptualmente se mueven: Territorios-Ciudades y Libertad-Memoria, yendo de lo múltiple a lo singular, es decir, adivinando una interiorización de la posibilidad que le crea la abstracción de lo diverso a lo singular.
La contraportada del libro nos anuncia (de manera fidedigna) mucho de lo que encontraríamos en el libro, es inevitable pensar en los oficios del devoto, pero he aquí que nos hallamos frente a una suerte de devoción verdaderamente divina: es ahora el poeta ese pequeño dios, con la posibilidad de darle el nombre de Dios al constructo que ha hecho de sí mismo. Divido en seis partes, siguiendo el itinerario oracional canónico y tomando nombres de esos oficios religiosos, el algo al que hacía alusión hace dos párrafos, es a mi entender el regodearse ante la posibilidad de creer:
Fumo, pienso en un lugar donde ya comenzó el año.
En Europa amanece ocho horas más temprano.
Amigos duermen sobre el vientre del atlántico,
y apenas preguntamos por lo que vendrá.
(de El fin de año se acerca más)
En el transcurrir del libro uno se da cuenta de la confrontación del poeta frente a un tema peligroso y complicado, peligroso en aras de hacer que poeta y poema se cuestionen uno al otro respecto de la mejor sintaxis posible; peligroso pues los temas le exigen madurez y disociación de prejuicios.
Así, Daniel debe dar la solución más parsimoniosa: de entre todos los modelos posibles ha elegido aquel en el que su poesía está en paz y atrae ese estado de gracia que sólo el devoto conocería para regalárselo al lector.
Daniel propone una escritura emancipada, que amplía y profundiza nuestro conocimiento de lo causal manifestado en el mundo, sin fijar (como pretendía la ciencia) un plan para el mundo, llevando sus límites a terrenos que usan las nociones de lo cotidiano para desdoblarlo y que echemos una mirada a la realidad negada, pero reivindicada por medio de la invención. Por ejemplo, en “El día que tu naciste”, modificar es una alternativa que desarrolla una idea poética: “la diferencia entre sepulcro y siembra es lo que cuenta”. Más adelante, la retrospectiva es lo que evidencia esa vocación recreadora en segundo párrafo de “De divisione naturae” leemos: “El humano es mediación, arcilla trenzada en luz divina”. En otra sección, esta propuesta salta entre varios poemas, en los que la exaltación por lo nemónico se materializa por la exteriorización de distintas acciones de lo cotidiano: “Fumo, pienso en el lugar donde ya comenzó el año.” (“El fin de año se acerca más”); “Hay días que el cuerpo es un incendio/y la mirada busca llaves en el cielo” (“Las nubes viajan rápido sobre esta ciudad”). Este efecto sería ineficaz si la escritura careciera de un ritmo amplio, marcado por palabras e imágenes que fluyen como un ritmo vital y que nos dejan la posibilidad de creer en seres y mundos a partir de la libertad.
La supra esencia de Dios se manifiesta entre nosotros:
(…)
Somos teofanía materializada por el pecado original.

Antes de la tentación
lo existente era limpio y puro espíritu
Ángeles, diría Rilke, peso completo de lo terrible.
El humano es mediación, arcilla trenzada en luz divina.

(en De divisione naturae)
Ahora bien, si hablé del modelo parsimonioso de los poemas del libro ello no implica que haya una separación de lo complejo: es precisamente el tema de lo complejo lo que le da unidad al libro: lo cotidiano y aquello que yace en el historial individual del poeta, tiene ahora que ver con un renegar ante un dios que apacible mira cómo sus dominios le han sido arrebatados. Entonces, orar es ineludible e impostergable: posado ante el saberse triunfal, el constructo que ha elaborado el poeta, se regodea en el mar cuántico de la pulsión pura, sin enloquecer y sin aspavientos se reconoce por encima de todo como humano que vive o padece su andar por estos lares.
Conocí a Daniel justo cuando le dieron la noticia del premio estatal de Poesía de San Luís Potosí, compartimos lectura en voz alta, no me resta sino agradecerle por este nuevo libro e invitar a ustedes a transitar en esta nueva propuesta, por las bifurcaciones reflexivas aquí delineadas.

(...)

We can’t go on together
With suspicious minds
And we can’t build our dreams
On suspicious minds

La cardinalidad del continuo

La cardinalidad del continuo
¿el movimiento perpetuo?

Datos personales

Fresnillo, Zacatecas, Mexico
Apócrifo en sentido estricto: "textos no recogidos en la lista de las Escrituras". Eso es lo que escribo.

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