viernes, 18 de junio de 2010

José Saramago

1922 1910
Ahí hay muertos, hay muertos, repetían, como si los llamados a morir de inmediato fuesen ellos, (Ensayo sobre la ceguera)
, ni el mundo, el propio mundo, tenía ya sentido, el sol iba naciendo y para qué, (Evangelio según Jesucristo).

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