viernes, 25 de junio de 2010

Libro del Abandono


1.- Dentro del programa de las Jornadas Lopezvelardeanas 2010 estuve en la presentación del nuevo material poético de Javier: Libro del Abandono. En la mesa: el narrador Alejandro García e Iván Trejo (uno de los poetas más grandes de los que Javier y yo tengamos memoria).
Luego de la presentación, para la firma de libros, le entregué el mío para recibir su dedicatoria. A menudo me suceden de esos misterios que sólo el azar puede defender: Javier me devolvió autografiado el ejemplar donde había seleccionado los cinco textos que obsequió durante la lectura posterior a los comentarios de García y de Trejo.
Dice Javier que “la poesía sucede, no la posee uno”. Tener los textos que él ha seleccionado, mirar las páginas por las que estuvieron su índice y su mirada me parece algo que no atino a definir, pero que en la descripción toma palabras de la semántica propia de la mística. Hay una gran enseñanza en la actitud de Javier ante la poesía que consiste en creer, pero es un creer en lo simple como elemento de la gran reflexión.
La lectura que he realizado a este nuevo material me ha invitado a mirar con un pensamiento cada vez más sorprendido su poética, la más joven y la más añeja. Correspondiéndose ellas con las edades de Javier. Es asombrosamente más joven su poética actual que la de años atrás, pero lo que me sorprende es la madurez con la que esa jovialidad se manifiesta.
Hemos pasado juntos años en la complicidad que la poesía nos ha regalado, pero hemos crecido de maneras asimétricas: él ha vivido una devoción fuera de serie por la poesía y ella, en su infinita sabiduría, le ha regalado tantas voces, tantos libros.
Zacatecas es la segunda ciudad en la que se presenta su libro, pocas veces una publicación ha causado tanta expectativa en esta ciudad, como es el caso de Libro del Abandono. A través de su forma de vivir la poesía, Javier ha desarrollado generosidad inédita, de modo que en sus presentaciones convoca a los más heterogéneos conglomerados de personas. Una posible lectura de esto es, que efectivamente, a través de su poesía, además de recibir las bendiciones que ella le prodiga, además crea lectores/escuchas de la misma.

2.- Recuerdo que en la época de la licenciatura, junto con Gabriel Andrade, Javier elaboraba un periódico mural en el cual exponían su postura con respecto a los asuntos de la escuela de derecho de la universidad, en la mayoría de las veces (recuerdo yo) que era una postura y reacción contestataria ante posibles arbitrariedades de las autoridades universitarias.
En ese entonces yo estudiaba en la naciente escuela de matemáticas, iniciaba una amistad con Alfonso García Botello, a quien acompañaba mientras editaba su pasquín. Espectros de la noche, llegaban Javier y Gabriel a ensamblar “El Búho Enmascarado”, periódico agudo, crítico. Aquello para mí, que estudiaba en una de las escuelas con mayor represión ya desde aquel entonces, me parecía fantástico: se hacía crítica, se opinaba.
Este recuerdo viene a colación merced a otra cosa muy importante que ha estado siempre en el actuar de Javier: el asunto editorial, esta cuestión, creo expresa su postura ante la pluralidad de ideas. Así, en Reitia, revista al frente de la cual ha estado Javier ha existido una diversidad plástica, de ideas, de poética pocas veces vista en una publicación.
3.- Uno podría decir cualquier cosa respecto de la poesía, lo elemental, lo de la gran erudición, o la parametrización, establecer un ranking. Para Javier esto no se trata de eso; la situación de que él utilice a las palabras como vehículo de expresión de su poesía, es sólo el principio. Dice Javier: “Pensé que este libro debería leerse en voz baja, tan baja que pudiera ser escuchado con sólo poner la vista encima. Estos poemas salieron bien, a pesar de mí, pero no gracias a mí. No hay demasiado mérito, si acaso merezco el mérito de haber acomodado los poemas, haberlo engargolado, escogido un buen sobre y enviado a la dirección que señalaba la convocatoria”.
El libro, Javier es merecedor del Premio Nacional de Poesía Aguascalientes 2010. Merecedor si, con la caligrafía y sintaxis precisa, con el dejo adecuado. Un dejar atrás aquello que sólo la nada déja suceder: “For poetry makes nothing happen: it survives/ In the valley of its making where executives/ Would never want to tamper, flows on south,” dice Auden.
Pero regreso a mi reflexión respecto de estas extrañas situaciones del azar: este ejemplar de la foto, este libro que cada vez que lo abro insiste en que abra las ventanas para que las palabras ahí vertidas puedan entablar su lucha contra el aire; dice Javier: “La poesía, el arte, entabla una lucha a muerte contra el nihilismo; la poesía, el arte, entabla una lucha a muerte en favor de la vida; permite desmontar el delirio, abrir un claro para la vida, dejar que el hombre ponga otra vez los pies sobre la tierra.” Lucha “a vida con la muerte” diría nuestro maestro. En donde puedo yo leer que el arte, cuando nos habla desde la poesía o la poesía cuando nos habla desde el arte, permiten un único juego que el espíritu humano solo concibe en el reino de lo ideal: la libertad.
4.- Miraba el índice de Javier pasar por encima de los renglones de las páginas, pensé en los instantes en los que digitaría sobre el teclado cada letra o cuando los estaría escribiendo con algún lápiz, rompiendo así el “pulposo himen del papel”. Pero una de las cosas que pienso cada instante, es en buscar alguna forma de agradecer que nos haya regalado un libro de tales dimensiones.

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(...)

We can’t go on together
With suspicious minds
And we can’t build our dreams
On suspicious minds

La cardinalidad del continuo

La cardinalidad del continuo
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Fresnillo, Zacatecas, Mexico
Apócrifo en sentido estricto: "textos no recogidos en la lista de las Escrituras". Eso es lo que escribo.

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