Se giran los ojos en ángulo obtuso
así se observan los bordes afilados
el arenal que acusa una coloración tan blanca
como la vez aquella que Dios se quedó ciego
y por lo tanto (y por lo nunca)
las manchas de sangre paralelas al pasado
una sombra dos niños
y principalmente una mujer
deslavan sus historias en el lecho color o hueso
-fruto del árbol
o más recientemente
cristal camino de los pies de la electricidad-
sin embargo es medianoche
la superficie continúa desierta
(la tinta no ha llovido
aún no escurre del orgasmo de la mano)
resecas las uñas
donde por ahora
el mundo es una letra o una uña es una letra
o todo el mundo es una mano
y el signo de interrogación es el primero que interroga:
partida a la mitad esta mirada,
¿de donde brota la palabra?
Una de las cosas que me maravillan al leer poemas de otros es que en ellos suceden cosas que atañen con mi creencia en esto que es el hacer poesía: nada sino una suerte de diálogos entre sordos, entre intangibles e incorpóreos cuerpos verbales que nunca se han conocido. Hace algunos días Daniel me regaló sus "Apuntes". Este es uno de los muchos poemas que de él me han gustado. Espero que si alguien lo ha leído se haya regodeado en él de la misma manera que yo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario