sábado, 17 de octubre de 2009

4 sonetos de Edmundo Lucas



El ejercicio de las formas métricas tiene un lugar especial en cada poeta, sobre todo en los que estamos inmersos en un tiempo en el que el tono conversacional pareciera serlo todo: el verso libre se mide en un nivel rítmico, marcado por el aire que alcanzamos en nuestra habla cotidiana. Para Edmundo Lucas C. el soneto es un oráculo, pongo cuatro sonetos en los cuales viaja desde la otredad hasta el erotismo, pasando por el tema amoroso y el metafísico. Veamos porqué ha sido para el ese oráculo.


I.
Las nubes ellas mismas son siempre otras.
Otras serán contra su semejanza,
cercados potros de afirmada alianza
vacuos filos bajo los que te postras.

Todo es secreto en sus lívidas ostras
cuando el sol las baña en su mudanza
cortos fuegos de mostrada andanza
muerta hojarasca de trémulas costras.

La realidad en ellas es efímera:
insuflada puerta, vía polímera;
viaje postrero del ensueño nulo.

No obstante en su imagen se parecen
a los eternos rostros que ensombrecen
con líneas lánguidas y rasgo rulo.

II.

Insaciable, mostrada, altiva vista;
vista desmedida, arcana, suplicante
con que viste a la que viste rimbombante,
ninfa cortesana de perdible pista.

Silueta mesurable, sinoidal arista,
Lino corpóreo, invención ondeante
Húmedo sueño, realidad secante
Libertaria esclava, contumaz corista.

Modo de mis amores y mis miedos,
Mira esta (beligerante angustia)
carencia que reboza por mis dedos.

No pido más que una mirada mustia,
(súplica versada en sollozos quedos)
sin ti musita en mi la mustia angustia.




III.
Sea, pues, el poliedro quimera vana,
al que el alma resta resistencia;
sea, aunque no es, real apariencia,
pues su apariencia deviene arcana.

Pensamiento, vuelta vista insana
cosa que sucede (impura ciencia),
en la mente, sin mucha resistencia
ante la verdad, actual y cana.

Mito de ágora, resuelta caverna:
la dialogía asombra en la apertura;
no hay medida sino es en la hermosura,

Pervierte, Sofía, la línea que es eterna
eterno bifurcar que raya en la cordura,
mesura que se vuelve desmesura.


IV.
No veo, amor, aquello que te toco,
por imaginar lo que a mi vista ocultas;
espesa miel que al paladar indultas
cuando a saborearte yo me enfoco.

Loco de amor, y entre tus piernas loco
por crecer en tus carnes cuasi adultas;
fresca vida, calores a resultas
de mi poca vida y de mi furor tan poco.

Correr en tus humeantes orificios
es el azar, dulcísima condena,
a la que se avocan mis oficios.

Mi sangre se condena a tu cadena.
Libera mis añejos artificios
de los artilugios de tu sangre plena.

1 comentario:

caro dijo...

me parece precioso el material de tu blog me gustaría tener contacto contigo.

(...)

We can’t go on together
With suspicious minds
And we can’t build our dreams
On suspicious minds

La cardinalidad del continuo

La cardinalidad del continuo
¿el movimiento perpetuo?

Datos personales

Fresnillo, Zacatecas, Mexico
Apócrifo en sentido estricto: "textos no recogidos en la lista de las Escrituras". Eso es lo que escribo.

Blogueros profesionales

Blogueros profesionales
Para visitar